martes, 19 de enero de 2010

INTELIGENCIA Y PERSEVERANCIA

El reclamo ejemplar y digno de ser imitado de las familias Hairabedian - Margossian contra el Gobierno de Ankara debería ser seguido por todos los miembros de nuestra colectividad de la diáspora desde cualquier rincón del planeta y no dejar a la injusticia que siga descansando a sus anchas como si nada, sobre los falsos laureles del pasado.
Ha sido presentado en los Tribunales Argentinos un pedido de reconocimiento hacia ambas familias ante el Estado Turco. Aquello de lesa humanidad de los otrora jerarcas turcos del pasado con toda su magnitud de barbaridades que significo el exterminio de un millón y medio de hermanos es simplemente incuestionable e inobjetable y no debe jamás quedar impune. Algunas familias tal vez no reúnan comprobantes de los tiempos idos, documentación o certificados; pero conservan nombres y apellidos de quienes fueron sus padres y abuelos y recordarán su lugar de origen y eso es suficiente, según pienso. Todo esto debe estar registrado en los archivos de las personas y figurar como ciudadanos de Turquía. Lo demás es fácil. Con una conciente investigación, todo habrá de salir a la luz. No creo que los países, medianamente organizados, borren por descuido los archivos de sus propios ciudadanos. Los archivos de cualquier Nación son documentos oficiales inamovibles. Se me hace que con tal de mencionar el nombre, apellido y procedencia de quienes sobrevivieron al genocidio y recordar en lo posible su lugar de procedencia, sería ampliamente suficiente. Y aquí les doy un ejemplo:
El año 47, durante la guerra de Palestina tuvimos que escapar de Jaffa, bajo los obuses de morteros hacia Beirut, Líbano. Mi padre conmovido por la situación había extraviado toda la documentación de sus propiedades en Palestina. Años después se hizo el reclamo ante las autoridades israelíes a través la Embajada de Francia y se nos informó que nuestras propiedades figuraban en los archivos y que el Estado Hebreo estaba en condición de indemnizar a los propietarios extranjeros de esos inmuebles, siempre y cuando etc.etc. Detalles que no vienen al caso, pero que nada estaba perdido, sino que había cambiado de mano. O sea. Poseer o no documentación turca, no alteraría el objetivo. Habiendo sido ciudadanos turcos, deben de figurar en el mapa de los faltantes con todo lo que significa: posesiones y propiedades, amén de los miembros familiares, cada uno con su nombre de pila. Silenciar una verdad cien o más años no significa que la misma no exista. Cuánto más tiempo transcurre, más habrá de favorecer a Turquía, que se apoderó de los bienes de los armenios y prácticamente las explota desde entonces sin abonar rentas ni indemnizar a sus dueños. Los ciudadanos alemanes de religión judía también han sido indemnizados por la pérdida de sus bienes materiales, si no me equivoco.


18/Octubre/2009
Rupén Berberian
Una opinión más...

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