miércoles, 18 de marzo de 2009

EL "HOY" QUE LASTIMA

Ya es hora para que los gobernantes del mundo se desprendan de sus máscaras. La paz con la que nos refriegan en las narices brilla por su ausencia y la juventud se cuelga de un futuro inexistente. La honestidad es ilusoria y la esperanza, corroída. La sonrisa en los labios es una nota insólita. ¿La cultura?: la del televisor y la casería humana por Internet…: parque de diversión para niños. La aparatosidad es el pan duro de cada día y la agresividad, sinónimo de valentía. La pobreza: bien gracias. Los ricos navegan en burbujas de indiferencia. Los religiosos hablan de amor de la boca para afuera. El que no roba es un mago y el que lo hace es un juez. Las jovencitas que se entregan por amor al arte, son santas, las demás, son idiotas. Los médicos culpan al virus por su incompetencia y los abogados asaltan a cara descubierta. Los psicólogos violan a las obsesivas y los amos salen de paseo atados a sus mascotas. Los gatos son despreciados por las despreciadas. La palabra de honor es una mentira publicitaria y las promesas son pasadas por alto. El obrero y el empresario se roban mutuamente y el policía que calla se gana la coima. El pordiosero estafa moralmente a los inmorales y las monedas recogidas lo estafan a él del mismo modo. El adinerado oprime al pobre para consolidar sus estatus y el pobre se humilla con tal de que el adinerado le sonría. Hoy las parejas se juntan para probarse y experimentar sin compromiso y las niñas se embarazan, también sin compromiso. Las cárceles abarrotadas hospedan a los sin futuro. Las canchas de fútbol alimentan incultos y exaltados. A la industria maderera le quedan pocos indios para dispersar. Los perros moldean en las veredas sus obras de arte. La dignidad es una expresión considerada una reliquia. La risa del patrón jamás alude a un aumento de sueldo. Los pueblos carecen de amigos desinteresados. La habilidad es hacer de malabarista con el ángel y el diablo. La tentación corrompe al monje. Se habla de la competencia desleal, como que existiesen otras clases de competencias. Los sentimientos provenientes del cerebro son más seductores que las expresadas con el corazón. Para un político, saber prometer en público es lapidario, hace creer en Papá Noel.
Mañana, habrá otro día para soñar…

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