miércoles, 5 de marzo de 2008

RESPUESTA A UNA NOTA APARECIDA EN EL SEMANARIO "ARMENIA" DE BUENOS AIRES

Acabo de encontrar una nota en un semanario cuyo autor dice llamarse “Redacción”. Se refería a una señora poetiza de paso por Buenos Aires, que había sido consagrada como tal en Armenia soviética. La nota en cuestión contenía, además de las proezas de esa distinguida dama, una fotografía donde aparecía su perfil y otra, junto a los cinco integrantes de la convocatoria. Por la derecha y en primer plano se distinguía “Redacción”, el encargado de la nota, seguía una cultísima señora directora en un colegio armenio, luego venía una muy hábil traductora, la talentosa agasajada, un viejo admirador y complementaba la escena, un joven aficionado. Esos eran los representantes genuinos de los “Escritores de Raíces Armenias de Argentina” UDEA. El único omitido erróneamente, el único escritor presente que no figuraba en la lista de los candidatos por no pertenece a la elite partidaria convocante, era yo: Rupén Berberian. Cuando la invitada de honor tomó la palabra y quiso tener referencias de los escritores presentes y de sus libros, el señor “Redacción” reconoció abiertamente no ser escritor, se dedicaba a reunir notas sociales para su semanario. La señora que le siguió exclamó: “Yo no; soy directora de un colegio armenio”. La tercera contestó: “Yo no escribo; soy traductora profesional”. El cuarto asistente admitió sonrojando, ser un viejo admirador. El siguiente dijo ser actor, pero trabajaba en una joyería. La única persona dedicada a la literatura, omitida sea intencionalmente o por error, era yo. Fui quien formuló la pregunta mencionada en la nota, sobre: “cómo se hace para ser un buen armenio”.Yo no figuraba en ningún renglón, ni siquiera al pie de la página, era por lo visto el asistente fantasma, siendo el único escritor presente y ex presidente de la UDEA.
Corrió la misma suerte la famosa Panadería Armenia que generosamente donó unos exquisitos dulces como participación en el evento.
En la nota se destacaban los logros obtenidos por la señora poetiza y con quienes se había cruzado a lo largo de sus tantos años de vida. Mencionaba que era abogada, actriz, locutora y sobretodo una gran poetiza recordada en Armenia y, que vivía holgadamente en los Estados Unidos. Digamos con objetividad que la convocatoria como homenaje, se coronó con un rotundo fracaso, pese a que su realización acontecía en uno de los hoteles céntricos más conocidos. ¡Un fracaso, que el amigo “Redacción” le pareció un éxito! Después de todo, siendo redactor de notas sociales para el semanario Armenia, estaría habilitado para disfrazar gatos en liebres y vise versa. Además, al exponer su propia fotografía junto a los cinco integrantes de rigor, representantes y miembros genuinos de la UDEA, dejo satisfecha a los organizadores del evento, al Semanario Armenia, a sus lectores, a los dueños de la Panadería y por supuesto se ganó un punto a favor en la bolsa de las apreciaciones de su semanario.

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