jueves, 17 de junio de 2010

LA PATRIA DEL ODIO

Querido, Erdogan Efendi.
Comprendo que no eres responsable del genocidio que tus padres y abuelos perpetraron contra la comunidad armenia, acaso, el mayor de todos los genocidios; pero de no reconocer los hechos, tu prestigio cae en la volteada. Si hubieses sido más realista o sea, más humano y hubieras contemplado las razones y el por qué el pueblo armenio de la diáspora se opuso a la colocación del busto de tu héroe nacional en la ciudad de Buenos Aires, comprenderías que eso habría sido una tomada de pelo, un insulto a la moral y a la dignidad de quienes tuvieron que sortear la muerte y esquivar el odio racial con que tu pueblo actuó durante los años 15 al 23 de nuestra era. Tú sabes bien lo ocurrido, porque no creo que seas tan ignorante y tan descuidado de desconocerlo. ¿Te tomas la molestia de condenar a tus aliados sionistas por abordar tu barco enviado con ayuda humanitaria a los palestinos de la franja de Gaza y niegas reconocer los crímenes de lesa humanidad cometidos por tu nación? No por nada, ni tampoco por gusto, los armenios que lograron sobrevivir al genocidio se encuentran diseminados por el mundo. Yo mismo soy nieto de las familias armenias masacradas en Diarbekir. Yo podría perdonarte por representar a quienes fueron nuestros verdugos, tus queridos padres y abuelos; pero con la mano en el corazón, dime cómo olvidar que ambas familias de mis padres fueron degolladas sobre sus terruños ancestrales por tu soldadesca. Dime, ¿qué culpa tengo yo de encontrarme bajo otros cielos, representando otras nacionalidades? ¿Qué tengo que hacer yo fuera de mis raíces si no es culpa de tus mandamases…y encima, y encima te enojas y pateas el cielo eludiendo nuestra existencia, como que fuéramos desubicados? ¿Qué quieres, que nos pongamos de rodillas porque nos traes frescos recuerdos de nuestra aniquilación con tu Kemal, el Mustafá Atatürk? Por fortuna, hemos encontrado hermanos en todas las naciones del mundo que comprendieron nuestro dolor y curaron nuestras heridas, pero dime… ¿qué hago con mis cicatrices empotradas en la memoria? Un millón y medio de mis hermanos fueron ultimados por turcos; turcos, de tu propia familia; un millón y medio de seres humanos… Tus abuelos se equivocaron y temo que tú también estés errando el camino por la particular tozudez de tu origen, cargado de ignorancias y prepotencias hereditarias. No se hace patriotismo asesinando mujeres y niños al igual que tus hermanos sionistas de Israel. Ya ves, incluso y pese a todo te trato como hermano, del mismo modo que mis abuelos trataron a los de tus raíces mongoloides y tátaras, edificaron tu país y les enseñaron cultura a tus “Sultanes”.
Te das cuenta querido hermano; ni el Sagrado Corán pudo humanizarte. Si eres musulmán como afirmas, pues actúa como tal. No entremezcles patria con religión, ni el odio con la razón. El Islam es una doctrina noble y humana. No te ampares tras tus delirios de un negacionismo estúpido. Es un consejo que te doy, y no soy un usurero de sacarte provecho como son tus aliados sionistas.
Este rechazo no es contra ti, Erdogan. No es algo personal. Tampoco es en contra de tu pueblo, es contra la política racista que ejerce tu gobierno. ¡Ah; para que sepas, Armenia y los armenios de la diáspora son partes inseparables; tenlo en cuenta! Si te diriges a Armenia, somos millones en responder por ella. Cuánto más te armes de sobriedad, más piedras hallarás por tu camino.
Te aconsejaría, por tu bien y el de tu nación, que des el ejemplo y abras tu corazón. Ya es hora de reconocer el genocidio y con ello Turquía renacerá de nuevo como todos queremos, porque aunque te parezca mentira, nosotros, los armenios, la amamos más allá de cómo se llame, porque la quisimos desde mucho antes que fuese invadida por tus parientes. Acuérdate, Erdogan, nosotros somos originarios del Paraíso Terrenal señalado en la Biblia. ¡Somos Haiastán! y ustedes no son más que ladrones de glorias ajenas que aparecieron en nuestra casa como langostas barridas por una escoba, al igual que tus parientes sionistas europeos con el cuento de La Tierra Prometida y el visto bueno del Mundo Capitalista, así llamado Civilizado, que se adueñan de Palestina.
Humildemente,

Rupén Berberian
12 de junio de 2010

No hay comentarios: