jueves, 17 de junio de 2010

AÑEJOS AMORÍOS

Israel está molesta con su pareja carnal por haberse atrevida a reprobar sus crímenes de lesa humanidad cometidos en al franja de Gaza, donde, más allá de haber masacrado a más de mil quinientos civiles y derribado sus casas, las consecuencias de sus bombas de fósforo blanco arrojadas sobre objetivos civiles por su valiente aviación militar, todavía perduran y provocan estragos en la población: una generación de palestinos nace con defectos físicos a espaldas del mundo culto y civilizado. No obstante, los sionistas estarían pensando: “¿¡Cómo Turquía… a la que hemos amado y adoptado como a nuestra patria, a la que hemos ayudado en su emancipación y liberado de las minorías revoltosas y nocivas cristianas, se anima a censurar nuestro proceder educativo colonialista con nuestros esclavos y súbditos árabes palestinos y se olvida del genocidio que perpetró contra la población armenia!?” Turquía, pariente cercana de Israel se siente menospreciada en su amor, a lo propio. Acaban de manifestarse en sus relaciones de amantes, resentimientos rezagados e inconfesables. El pueblo judío que siempre se auto denominó amante de la paz comete la indiscreción de poner en jaque, nada menos que a los jerarcas de su otra patria. Y esa otra, con toda su nefasta historia a cuestas, que trata de ocultar interesadamente al mundo culto y civilizado, curiosamente aparece como sensibilizada por la matanza de unos cuantos palestinos. Una parodia novelística a la que bien podría definir como un simulacro de humanismo a fin de impresionar al culto y civilizado Primer Mundo. Si mi intuición no me engaña, en todo ese circo de extraños amoríos, presiento la existencia de un gato encerrado.Sobre la postura de Israel, no me caben dudas, su pasión es la de apoderarse cuanto antes de lo que queda del territorio palestino, aunque tenga que seguir masacrando sistemáticamente a todo el resto de su población, sea cristiana o mahometana. Por su parte, Turquía, todavía conserva y acuna entre sus gobernantes (hoy, de traje y corbata) mucha resaca de su pasado, por consiguiente, nunca se sabe lo que trae entre manos, podría sonreírte de oreja a oreja luciendo sus colmillos de oro (oro, robado a los armenios) y al rato, clavarte una estaca en la espalda apenas te des vuelta. No nos olvidemos que “sefardíes”, artífices del genocidio armenio, fueron activistas turcos. Sólo espero que Armenia Libre e Independiente, no se confunda ante ese panorama en vista a su futuro. En cuánto a la diáspora, ella tiene bien incorporada la historia de sus abuelos.

Rupén Berberian
3 de abril de 2010

No hay comentarios: