jueves, 17 de junio de 2010

LOS SENDEROS DE MI CURRICULUM

Nacer en un sitio determinado es un accidente y yo me accidenté en París un catorce de Sagitario. Siendo niño, me trasladaron a Tierra Santa donde al poco tiempo, del cielo llovieron obuses de morteros y las veredas se tiñeron de sangre. La guerra, nos arrojaba a la deriva…De Francia a Palestina, de Palestina al Líbano, del Líbano a CisJordania y de CisJordania, otra vez al Líbano… y de allí… a Argelia francesa, coincidiendo con la época de su lucha por la independencia de esa gran nación norafricana.Dos guerras sobre mis espaldas que no consentí y que han truncado mi normal desenvolvimiento, desequilibrado y demorado una eternidad, el hallazgo de mí mismo.Había comenzado a quejarme escribiendo sueños en árabe, seguí quejándome soñando en inglés, luego en francés para finalizar reflexionando sobre mis sueños demorados, en argentino. Para llegar a ser lo que soy, tuve que perseguir la esperanza que no germina, sortear pobrezas impuestas, acostumbrarme a las necesidades e ir descubriendo los trapos sucios de las naciones civilizados deshojando margaritas.Al igual que mis padres, huérfanos, oriundos del Paraíso milenario conocido por Armenia y, sobrevivientes del genocidio perpetrado por Turquía, conocí la emigración, del mismo modo que muchos de mis hermanos palestinos, sus consecuencias, y todo aquello que significa comenzar de nuevo en el abrazo cordial y la tradicional generosidad del pueblo del Líbano, sin bagajes a cuestas, con apenas vivencias encajadas entre vivencias ajenas.Sobre la marcha logré algunos propósitos, tal vez el mayor de todos ellos fue haber comprendido que el dinero no es más que el brillo del oro y el oro, no es más que el opio de la conciencia. Que la vanidad y el odio son defectos desmerecedores de la esencia humana y que el verbo “DAR” como “AGRADECER” finalmente, y a duras penas, formó parte insustituible de mi despegue como candidato a ser humano.Comprendí, en el ocaso de mi vida, que la agresión es un retroceso al salvajismo. Que las guerras son intereses creados. Que las religiones no han cumplido con su misión humanitaria. Que la hermandad entre los pueblos es factible, tan sólo tratando de no hacer daño.Hoy, me encuentro en la vía de un tren que no llega…Por favor… déjenme seguir soñando…

Rupén Berberian
Raymond Henri Charles Berberian
26 de marzo de 2010 

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