jueves, 17 de junio de 2010

OTRO 24 DE ABRIL LACERADO EN LA MEMORIA

24 DE ABRIL. 95 años de luto, de recordar, de no poder admitir, de no saber a quien nombrar… Un millón y medio de seres humanos masacrados por la barbarie turca, contando, claro está, con la complicidad de los supuestos países civilizados de Occidente, para colmo, cristianos. Luego de un profundo letargo de 95 años, el mundo civilizado, recuperado de su amnesia, da señales de solidaridad, expone su insólita parodia bien ensayada, salpicada de sensibilidad y de humanismo, como si ocasionalmente acabara de tomar conciencia de su premeditada indiferencia anterior y, se animara a recuperar su menospreciado prestigio, reconociendo finalmente el genocidio armenio. 95años después de lo ocurrido, Occidente toma la batuta y encima insinúa actuar de juez en esa sinfonía de desgracias humanas, siendo parte tan culpable que los propios verdugos. ¿Dónde estuvo esa buena gente cuando iban siendo eliminadas las minorías cristianas de sus raíces ancestrales, los siríacos, los caldeos, los asirios, los griegos y por supuesto, los armenios…? Todos ellos fueron masacrados. Son hechos reales que ocurrieron. No se trató de una exageración o de una mentira; fue un genocidio, tan cruel que cuesta imaginar a seres humanos que hayanpodido incurrir en semejante salvajismo. “¿Delirio de Grandeza?” Tal vez. Fue un exterminio, planeado y ejecutado sin miramientos y sin piedad. Allí murieron nuestros abuelos, con ellos desapareció todas nuestras familias, tanto de Armenia Menor (Guiliquia o Cilicia) como de Armenia Milenaria central, de donde provienen mis padres. Ver, y no acudir a salvar a un pueblo que se debate entre la vida y la muerte, un pueblo traicionado por todos los costados y abandonado a su suerte por sus propios “hermanos” de Occidente, lo convierte a uno en un criminal.Con que las potencias occidentales no estaban enteradas de lo que acontecía con el pueblo armenio tierra adentro, me suena a ridículo. Ellos bien sabían que sobre el suelo armenio ocupado por Turquía, los cristianos estaban siendo masacrados. El Papa, como autoridad religiosa ¿dónde estaba? ¿Acaso invocaba a Dios entretenido gozando de los banquetes de los cuervos carroñeros?¡Que Turquía abra bien los ojos y sepa que la armenidad no ha desaparecido! Por el contrario, se encuentra más unida y más decidida que nunca a recuperar sus derechos y reclamar sus pertenencias históricas.Nosotros, los armenios de la diáspora, hijos, nietos de los sobrevivientes, estamos decididos a borrarle de los labios, a quiénes fueron y hoy son los amos de Turquía, esa sonrisa cínica de hiena sarnosa. Hoy nos toca a nosotros, una vez más, tomar las riendas de nuestro propio destino, el de nuestra supervivencia con pueblo Bíblico y legendario. El libro “Consagrado como Sagrado” dice que hubo un tal David que derrotó de un hondazo a un tal Goliat… Que Turquía tenga en cuenta que las leyendas suelen repetirse…Por fortuna y a medida que van cayendo las hojas del almanaque, muchos ciudadanos turcos, cultos, intelectuales y de mente abierta, van solidarizándose con nuestra causa, avergonzados por lo actuado años atrás por sus gobernantes. Es imprescindible que Turquía recupere la razón, no la memoria, ya que es obvio que recuerda cada paso dado por sus dirigentes, por más que sus gobiernos traten de ocultar las evidencias. Que la nación turca entienda que ella también forma parte del genero humano y no la de las bestias desalmadas y sanguinarias como lo fueron sus abuelos. Que entienda de una vez por todas que la vida de cualquier individuo es tan sagrada y valiosa como la suya y el hecho de matar a alguien es frenar en él la evolución de la especie humana y sabotear la obra de Dios, de Alá y de las enseñanzas del Enviado, Profeta Mahoma. La humanidad venidera deberá tomar en cuenta que todas las tendencias políticas y religiosas son limitadas, frágiles y pasajeras, y lo que perdura en la memoria es la acción.

Rupén Berberian
17 de abril de 2010

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