lunes, 13 de julio de 2009

AYER: COMIENZO DE UN PUNTO FINAL

Si no me equivoco descaradamente, Armenia es Patria de sus propios habitantes. Para los de las diásporas, Armenia, pequeña aldea, tan sólo representa el reflejo de las vicisitudes, los sudores y las lágrimas de un pasado nefasto, por ende, les corresponde dedicarle los más genuinos sentimientos y el respeto de una Madre Tierra. Los de raíces armenias, huérfanos del genocidio perpetrado por Turquía, originarios de Armenia Milenaria ya se han ganado el derecho de una patria en el exilio, poseen su correspondiente documentación que los acredita y reconoce como ciudadanos de tal o cual nación. Si Armenia hubiese tenido reales intereses en nosotros, pienso que lo habría manifestado de algún modo, habría, por lo menos, tratado de agruparnos, de acapararnos moral y espiritualmente, no en su ceno, sino, jugando con nuestras ilusiones, sensibilidades y esperanzas, otorgándonos una suerte de tarjeta identificatoria reconociéndonos como miembros de la comunidad armenia mundial. Mas la actitud de Armenia, Libre e Independiente es demasiado clara: sólo le interesa las divisas que podríamos destinarle y después nada… Cada cual a su casa.
Se me hace que ha llegado el momento de pensar en nosotros seriamente y de planear nuestro futuro, saber qué queremos, qué nos separa y hacia dónde nos dirigimos en ese sonambulismo errante. Con Turquía tuvimos tratados y pactos con palabras de honor que jamás fueron respetados, tal vez hoy, serían propicios otros pactos y otros tratados. No nos olvidemos que Turquía sangra por integrase a la UE y esto habría de otorgarnos un comodín ante la opinión del mundo occidental. Turquía está en desacuerdo en compartir su destino con comunidades cristianas y con ello, tendríamos más argumentos a favor y un par de ases en la manga. Por consiguiente, nuestro enfoque debe estar centrado y dirigido contra Turquía. Debemos saber acorralarla diplomáticamente; no hacernos cargo desgastándonos en bien de la pequeña Aldea Armenia, Libre e Independiente, virtual propiedad de tres o cuatro acaudalados capitalistas feudales presidenciales que se disputan el trono y el Arca de Noe. Sin amenazas ni prepotencias, pero haciéndoles entender a nuestros verdugos que fallaron en su intento de borrar del mapa a los armenios. Recordándoles que la armenidad se ha multiplicado, se ha fortalecido y reclama sus derechos. Tal vez por esta puerta se nos de alguna luz amarilla, la posibilidad de un entendimiento con Turquía, puesta en un encrucijada. Con la devolución de la mitad de los territorios de Armenia Milenaria, usurpados y abandonados a la buena de Dios, incluyendo Ararat, nuestra montaña sacra, podría ser un acuerdo conveniente para ambos sectores y nuestros reclamos quedarían, no satisfechos, pero cancelados.
Por otro lado, la memoria del millón y medio de nuestros hermanos mártires de la intolerancia racial religiosa y los treinta mil jóvenes armenios asesinados en Artzag serviría para que obremos con cautela. Tenemos que tomar en cuenta que el pasado estuvo repleto de errores, de odios y de incoherentes que el fanatismo fundamentalista fue el causante de nuestra desgracia.
Si se nos diera la oportunidad de negociar y recuperar la parte central de nuestra Armenia histórica, iniciaremos junto a los turcos una vecindad que no se tuvo jamás. Turquía tendría su premio de pertenecer a la UE y nosotros, de realizarnos como Nación con una nueva era Armenia. La fortuna adquirida, no sin esfuerzo, por las diásporas volvería a sus fuentes para reedificar el pasado, hoy echado al abandono.
No dejemos que el tiempo nos venza y oxide nuestras voluntades. Hoy es el día de darnos la mano y de comenzar a planear nuestro regreso a casa. Asdvatz Menz-e. Inteligencia y Perseverancia…


29/Junio/2009

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